jueves, 21 de octubre de 2010

Tronco

Oh, que genial.
Son las 3 am, tengo miedo.
Pero ya entendí por qué tengo miedo.
No era lo que sospechaba, ni mucho menos.
Persisten los engendros malignos.
Los olores a fluidos corporales.
Pero no tiene nada que ver el sonido distractor.
Es la señal de un advenimiento.
De una fuga avasalladora.
Periplos alrededor de la mesa.

Como si no me quisiera dar cuenta.
Sigo teniendo esos olores.
En la nariz, como a descarga.
Se que tiene que ver el sudor.
El resentimiento a levantarse temprano.
O el desinterés de la madrugada.
No quiero forzar.
A pesar de que lo prometido es deuda.

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