martes, 26 de enero de 2010

V2

Consideración a la espina dorsal de los columnistas. Preferiría dos tazas, pero con una basta. El hambre asienta mis presentimientos. Solo quedan cuatro bolsas de estiércol, una definición extraña a lo que verdaderamente tengo entre manos. Las heridas con sangre coagulada, esa sencación de picazón. Sé de lo que estoy hablando.
Eran como rojizas rayas en las muñecas.
Mis panderetas, como todo parece ser de hielo, cayéndose a pedazos, un bote amarillo, vagando. Quedan siete horas, tal vez lo logre. Hacer feliz, solo quería ser yo el motivo. No existió felicidad, la sonrisa final jamás apareció. Quizás después.
Unos treinta segundos atrás. Me caigo a pedazos, como si todos los días se contabilizarán como meses. Uno tras otro.
Y aún así parecería largo. El gran espasmo, con las ganas que tengo de sujetar mis orejas, resbalar en mi espalda y zumbar.De nuevo zumbar.

lunes, 25 de enero de 2010

Aceptación.

¿Sentiste el temblor?
Lo borré, no me di cuenta.
Eran puras ideas,
pero la memoria tiende a caer.
Para obtenerlo, debes ser malo.
Pero mierda, yo soy una basura
no te voltees, porque podría escupirte a la espalda.
No serás testigo.
No pienso dormir,
no tengo la menor intención.
Quizás mi corazón pueda aguantar
tanta sangre corriendo.
Pero caigo en la cuenta
que todas,
absolutamente todas
las ventanas estan rotas.
Quédan cuatro días,
todo terminará ya.
Podré dormir,
podré dejar el sacrificio
y dejaré de fingir que soy especial.
No soy un caballero
ni un maldito líder,
soy un asesino de reyes,
y deseo drenar de sangre tus entrañas.
Escarvar, y no redondear.
Yo cometo los errores acá,
porque el mal habita en mí.

Sorpresa.

Quizás hoy me quedé atrapado en la mitad
ignoraré el hecho de haberla visto salir
eso no es una coincidencia.
En el fondo de la botella
ser el rey de las idioteces.
Diferente, la definición de los que pueden
salir del rompecabezas.
No es lo mismo, no hay espejos en el techo,
porque en español siempre es la misma palabra.
Atrás, en su mano, otra mano.
Yo caí, la mirada se nubló
como si me hubiera quedado ciego.
Me quedé parado, hasta pudieron haberse percatado
Me quedé parado, golpee la pista con mis rodillas,
desechable, de revés, solo quiero que nada se quede en silencio.
Sin espacios vacíos en donde pensar.
Sumergirme, ser rectángulo,
aunque muchos crean que su pasión
está entre las paredes y los círculos.

sábado, 23 de enero de 2010

3am.

Ojalá sea viernes.
Voy a poder recostarme a medias
y poder mirar hacia abajo.
Tener la risa contenida
encerrada en la boca del estómago.
Correr hacia la atmósfera,
comer e incomodar.
Asegurarme de lo hermoso del rojo
de no vengarme, de no ser una mala persona.
No lo corté.
Lo dejé en una bolsa.
Se fue volando, debajo de la arena
de los payasos quemados
del centro de lo que una vez fue.
Caricias anticipando
siniestras sombras
para poder besar el suelo
dar mi última plegaria.
Poder fundir mi alma
allá, en el monte secreto
donde se asentará
el templo de Jerusalén,

miércoles, 20 de enero de 2010

Las veces que te vi.

Soy el efecto de un puto caleidoscopio. Soy el estiercol, soy el hambre, soy la sed.
Mierda, que soy. Soy un hijo de Dios. Soy un hombre, soy Juan Valdivia. Soy el ser extirpado de las entrañas de mi madre. Soy el que te quiere, soy el que te odia. Soy persona, soy animal. Soy vida, soy fuego. Soy martes y lunes y miércoles. Soy tiempo, soy destino. Soy rayos, soy cielo, soy materia y soy sueño. Soy caos. Soy desdicha, soy tristeza, soy viento, soy nada. Soy el crepúsculo, soy el ayer. Soy la nada, soy el vacío. Soy número, soy sustantivo. Soy risa, soy sonrisa. Soy lucha, soy cansancio. Soy penumbra, soy viscera, soy papel, soy pared. Soy escrito, soy oral, soy pensamiento, soy suspenso. Soy cadáver, soy trémulo, soy fin. Soy, soy.