viernes, 29 de octubre de 2010

Te re-quiero.

Te quiero dos veces. A la primera me hice el loco y viré hacia la derecha segura. No sonreí e imité al silencio.
A la segunda, fallé.
Te quiero dos veces. Me precipito a no quebrar mi testamento, pero te quiero con locura. Te quiero para quedarme.
Te quiero. No es mentira decir que te quiero como nadie te ha querido. No es mentira decir que te quiero más que nadie. Tampoco es verdad.
Mi necesidad de certeza lo ha derrumbado todo.
Solo me queda confesarte que te quiero dos veces.
Una para quedarme.
Otra para que te quedes.
Y quizás tenga que quererte más veces. Para asegurarme. Para que quieras confesar que también me quieres. O para que digas la verdad.
Si queriendote te torturo, dímelo. Compartiremos el sufrimiento o lo implacable de esta incomodidad.
No puedo abrir los ojos con facilidad. Quizás no te guste.
No es lo mismo decir que te quiero convencido, a repetirtelo rendido.
Te quiero. Veo tus ojos. Te sigo queriendo. Te vuelvo a querer.
Porque te quiero. Me doy cuenta que tú no me quieres. Te quiero más.
Cada vez que te alejas, que te vas.
Te quiero dos veces.
Te quiero cuando te vas.
Te odio en tu ausencia.
Te quiero por si regresas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario