lunes, 12 de abril de 2010

Desistir.

Me duele el corazón, me duele el alma. Porque sí tengo corazón, aunque lo calle. Tengo un alma, sucia, negra, pecadora, vejada por una mano de mujer. Soy hombre suceptible a los engaños. Odio la mentira, la hipocresía, la vanidad y el orgullo. Amo las cosas simples, las que van al compás de la corriente. Pero me duele, me duele mucho. Aunque no tenga su permiso, quiero soltarme al vacío, quiero jurar, caer, destrozarme el cráneo, girar y morir.

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